miércoles, 1 de junio de 2011

La crísis del pepino español

Lo que pudiera parecer un problema alimenticio con el nefasto resultado de la muerte de varios consumidores inocentes, va camino de convertirse en debate europeo. El inadmisible tratamiento que por parte de Alemania se le ha dado al tema, ha irritado mucho y con razón a todo el sector agrícola, y parece que algo menos a nuestro adormecido y pasota gobierno.

Las consecuencias serán terribles para el sector, el daño ya está hecho, y a pesar de las posibles indemnizaciones económicas, y otras posibles ayudas que debieran exigirse a Europa de manera inmediata, recuperarse de la dañada imagen costará mucho tiempo y sufrimiento.

Pero a nuestro gobierno parece que le gusta ser pisoteado, es el gobierno de la tibieza, de la alianza de las civilizaciones, el que siempre pone la otra mejilla, pero la que pone es la nuestra y nunca las suyas. Al final nos culparán de la crisis mundial y nuestro gobierno se quedará impertérrito, y asumirá lo que diga la rubia que para eso gobierna en Europa a su antojo.
Alguien debería exigir la dimisión inmediata de la que nos acusó, causando un incalculable perjuicio, aunque es posible que no haga falta y dimita, allí estas cosas pasan.

Así no es difícil entender como es posible que les vaya tan bien, tienen al resto sometidos a sus intereses y casi nadie atreve a salirse del guión, y menos un país con un gobierno sin rumbo, sin capitán y casi sin tripulación desde hace 10 días.

Si no somos capaces de desalojar una plaza, ¿seremos capaces de pedir lo que nos han quitado?
No quiero ni pensar que España hubiera acusado sin pruebas a Alemania o a otro país fuerte, entonces hubieramos visto lo que significa ser Europa.