Algunos llevan meses pidiendo públicamente la dimisión del ex ministro de interior y ex ministro portavoz, y otros parece que lo hacían en silencio para poder actuar. Resulta sorprendente que solo unos días después de la esperada dimisión, a su debido tiempo según el nuevo candidato, se produzca el procesamiento policial por parte del juez Ruz de tres cargos policiales por el chivatazo a ETA.
Lo que también resulta increíble es que alguien acepte un puesto como el de ministro de Interior conociendo que esto se iba a producir, tarde o temprano.
El candidato sigue despejando balones y ante el acoso al que es sometido por este caso, siempre apela a que “estamos mejor que nunca”, cosa que ya no sorprende a nadie, parece que para todo usan la misma frase, hablemos de economía, del paro, del tesoro, de las pensiones, de sanidad, de educación o del terrorismo.
No quiero ni acordarme de lo que pasó cuando el entonces presidente, hoy en sus asuntos, pronunció una frase similar “hoy estamos mejor que ayer y peor que mañana” en relación al terrorismo, todos sabemos como acabó.
Lo que para el candidato resulta un panorama casi inmejorable, otros no lo ven igual y tienen que ver como para empezar la partida desaparecen las banderas de España de su ayuntamiento, como Bildu controla Guipuzcoa, como se siguen encontrado zulos, se detiene a abogados abertzales con información comprometida sobre los zulos, etc.
Si de algo ha presumido nuestro presidente ha sido de controlar los tiempos, ahora se entiende quien le hacía este trabajo hasta ahora.
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