Este gobierno no deja de sorprendernos, es
desconcertante, tanto por las medidas que adopta, como por las que no adopta, y por sobretodo por el plazo de vigencia de las que adopta. Sin ser demasiado joven, ni demasiado mayor como para hacer un balance con mayor calado temporal, creo que puedo decir sin temor a equivocarme, que lo de las medidas de "quita y
pon" es de una estupidez tal que ni siquiera merece el apelativo de "brillante estupidez".
Cuando ya parecía que nos habíamos olvidado de la rebaja del límite de velocidad en las autopistas, que estuvo vigente durante 4 meses (desde marzo hasta finales de junio), y que nadie entendió en su momento, ni por el ridículo ahorro que supuso para las cuentas del estado (en todo caso a título personal), ni por la esperada reducción de accidentes y en consecuencia de muertes en autovías y autopistas (vías donde menos se producen), ahora nos vuelven a dejar atónitos con otra medida para el último cuatrimestre del año.
En mis tiempos de universitario (que ya apenas recuerdo) cada cuatrimestre era un ciclo nuevo, las materias eran nuevas, los profesores eran nuevos, los horarios, algunas aulas, algunos compañer@s, pero lo que siempre era igual es que al finalizar cada cuatrimestre llegaba la hora de la verdad, y si las cosas se habían hecho bien se aprobaba y
sinó se suspendía, pero para este gobierno el resultado siempre es el éxito, si la medida ha ido bien se prorroga, y
sinó en vez de asumir el fracaso, se vende como si hubiera sido un rotundo éxito pero no se prorroga, aunque los motivos con los que intenten justificar el fin de la medida sean de escaso peso.
Pero esta vez, y van demasiadas se han vuelto a superar, y es difícil justificar tantos discursos distintos, y el único motivo que le veo a la medida es el mismo que le veo a aquellos jugadores de lotería que compran todas las
terminaciones, para poder decir en voz alta que siempre les toca.
La primera legislatura la pasaron animando a la gente a comprar pisos, tras meses o incluso años negando la crisis y cuando ya era una evidencia y sus negaciones
desesperaban a los que ya estaban sufriendo sus efectos, se erigieron en nuestros salvadores y le cargaron sin piedad el muerto de la crisis al sector de la
construcción y a la burbuja inmobiliaria, lo
demonizaron igual que hicieron con los controladores, después en plena crisis y caída en picado de la recaudación subieron el
IVA del 7% al 8% (para la compra de vivienda nueva), incluso se han permitido eliminar la desgravación a la compra de vivienda para una parte de los
trabajadores, todo para evitar la especulación y depender menos de ese sector sin promover otras alternativas y ahora llega el delirio y rebajan el
IVA hasta el 4%, por un cuatrimestre.
Según dicen con la intención de eliminar el
stock de vivienda nueva, justo contra lo que han luchado con las medidas anteriores, un nuevo cambio de rumbo, no es de extrañar que la gente ya no sepa hacia donde vamos.
En este momento con más de 4.000.000 de parados, cifra que se incrementará en los próximos meses, bajadas de sueldos, incertidumbre, acceso al crédito restringido para la mayoría de la población, esta medida solo va a beneficiar a los de siempre, a las grandes fortunas, y
probablemente a fondos inversores extranjeros.
En los últimos meses (abril - junio) las cifras de
ventas de vivienda se han desplomado, quedando en unas 30.000 mensuales, de las cuales solo la mitad son vivienda nueva, habrá que estar pendientes de las cifras en los próximos meses para intentar descifrar que es lo que hay detrás de esta medida que nadie ha entendido, pero es difícil pensar que esta medida en estos momentos vaya a servir de nada para la mayoría, y espero equivocarme pero parece un favor para alguien, que bien pueden ser bancos pendientes de ejecutar muchas promociones sin vender, o fondos de inversión, veremos cuantas venden y sobretodo quien las compra.
¿que te parece a ti? ¿favor con favor se paga?